Esta enfermedad no dudo en ponerlo contra la pared, obligándolo a tomar una de las decisiones más grandes de su vida, la amputación de su pierna derecha. Luego de esta pesadilla de largos meses, Pedro Pablo se apoyó en su pasión por este deporte para continuar con sus objetivos. En un principio, se preparó como árbitro para volver a las canchas, sin imaginarse que años después uno de sus colegas le hablaría sobre un Panamericano de Para bádminton que se realizaría en Brasil. ¡Era su oportunidad!

Por cuestiones de la vida, dos semanas antes de dicha competencia se le rompió la prótesis, pero eso no fue impedimento para alzarse el segundo lugar. En este momento de la historia, para no perder la costumbre, Pedro Pablo tuvo que tomar decisiones importantes para su vida. El Para atleta no solo se encontraba estudiando su último año de universidad, sino también trabajaba en un banco reconocido. Eso no fue impedimento para demostrar las ganas de ser un deportista profesional. “Renuncié y dejé todo”, comenta.

En el 2014, De Vinatea realizó una convocatoria para empezar a formar una selección de Para bádminton. Hasta ese día, él era el único representante del país. Ese año brindó una conferencia de prensa “Anunciamos que iba a haber un cambio: la institucionalización del Para bádminton en el Perú”. Hoy somos uno de los países con más deportistas en esta disciplina, indica nuestro medallista de oro en los Parapanamericanos Lima 2019.

“Hay que aprovechar las oportunidades que los problemas nos van dejando.” Gracias Pedro Pablo por demostrarnos que la pasión por algo puede ser la cura para cualquier problema. ¡Esperamos seguir teniendo noticias tuyas, cuidado con tanto chaufa!

Legado. #SeguimosJugando